Cada día ciertas personas emergen de la multitud y ascienden irresistiblemente hacia las cumbres como empujada por una mano misteriosa.
A ellas, la gente en general, les atribuye, sean los favores de la suerte, sean las cualidades innatas que a otras no les son dadas.
Un examen psicológico y las confidencias analizadas de esas personas que triunfan, lo mismo que de aquellas que se quejan de fracasar en su empresas, se puede afirmar que, un ser humano vale tanto como otro cualquiera y que las posibilidades de cada uno son parejos e iguales.
La constitución de los diferentes resultados no es la casualidad, ni la posesión de cualidades extraordinarias, sino una cuestión de métodos.
El hombre mas humilde si sabe descubrir y utilizar las fuerzas que lleva en si mismo, obtendrá infaliblemente un triunfo suficientemente seguro para conquistar la felicidad.