Envidiamos a los ricos, envidiamos sus coches, sus yates, sus mansiones, su dinero...
Nos hace sentir tan pobres y desgraciados, ¡que pena ser tan pobre y no poder disfrutar de esos lujos!.
¡Estas totalmente equivocado!, la "mayoría", ¡poseemos una gran fortuna!.
¿Cuanto vale tus pies?, ¿y tus piernas?.
¿Cuanto vale tus manos?, ¿y tus brazos?.
¿Cuanto vale tus ojos?, ¿y tus oídos?.
¿Cuanto tu lengua, y tu dentadura, y tu pelo, y tu rostro...?.
Hecha números y suma.
Personalmente, no hay dinero en el mundo, para pagar "la fortuna que yo poseo".
¡Y eso no es "todo"!.
¿Quien es mas feliz un rico o un pobre?.
Hay estudios y pruebas medicas, que las sustancias que genera el cerebro en un estado alto de felicidad, son iguales, que la de hombre sencillo que disfruta de una barbacoa con su familia, a la de un hombre acaudalado que disfruta con su familia en un yate.
Da de que pensar y es cuestión de meditarlo.
La felicidad no depende de la riqueza, pero no implica que no podamos obtenerla.
Lo ideal, es que nosotros poseamos riqueza, y no, que la riqueza nos posea a nosotros.