La capacidad de saber observar varía según las personas.
Hay personas con una gran capacidad natural de observación, y otras tienen que entrenarla o ejercitarla.
El hecho de ejercitar nuestra habilidad de observación es un hábito consciente, que con el tiempo se convertirá en un acto natural y espontáneo, sin que intervenga la voluntad.
¿Es usted un buen observador?, ¿que zapato se pone usted primero al levantarse, el izquierdo o el derecho?, ¿Sabe el color de los ojos de sus mejores amigos?, ¿los números de su reloj analógico que son decimales o romanos?, ¿Y por la noche que zapato se quita primero?, ¿sabe que ropa llevaba ayer sus hermanos o sus amigos?...
Con estos ejemplos y algunos más que usted se invente le dará una aproximación de su nivel de observación.
Hay dos maneras de observar, una es la observación enfocada o concentrada en un punto determinado que nos interese, y la otra es la observación periférica, es como si abriera un abanico visual, lo capta y lo "ve" todo a tu rededor, es la observación primitiva, utilizada mucho en el reino animal, los ojos ven pero sin mirar en un punto determinado, pero lo capta todo cada matiz, cada movimiento.
Las dos manera de observar son muy importante, pero la observación periférica es la que menos usamos y la tenemos mas atrofiada, debido al stress y las prisas.
La capacidad de observación va ligado siempre a una resistencia a la distracción, y mas en nuestros tiempos modernos, rodeados de publicidad de todas clases, luces de neón, TV, radio, ruidos de todo tipos...la verdad es que es difícil en una ciudad moderna estar "un poco centrado" y ser observador, todo es cuestión de voluntad e insistencia, porque precisamente si queremos llegar a "algo" y ser "alguien" necesitaremos estar muy centrado y tener una buena capacidad de observación.