Ese suspiro es suficiente para que suavemente la deslice caprichosamente alrededor de un entorno desconocido, se eleva y cae con tal majestuosidad y elegancia, revoloteando y posándose donde le sea posible, a la mas mínima vibración ser desprendida con ese revoloteo tan característico que su naturaleza le otorga, sigue su trayectoria hacia donde no se sabe, sin fin ni principio, solo volar, ser y existir, ser parte de todo a pesar de su insignificancia y de carecer del mas mínimo interés, sigue revoloteando, a pesar de los pesares, sin importarle de la opinión que se tenga de ella, solo existe y vive caprichosamente, con ese baile tan característico que nos tiene acostumbrado a mostrarnos, que importa las opiniones si ella solo revolotea al son de la brisa, al impulso de un pequeño viento o un leve suspiro tuyo o mío, es suficiente para darle vida, es suficiente para que te engalane con sus caprichosos bailes, deleitando a la vista de quien desee verla y con una sonrisa demostrar su gratitud.
Que nada y nadie calle tu verdad
